Toda la ilusión que había en Rosario y que el mismo Lionel Messi tenía en poder vencer, en su propia ciudad, a Brasil, quedó desmoronada tras una sólida actuación visitante que terminó en un duro 3-1 que golpea fuerte a la Selección Argentina. Leo arrancó con promisorias chispas que hicieron creer que podría tener su gran noche ante los brasileños, pero terminó diluyéndose y cayendo junto a sus compañeros, sin poder marcar la diferencia que esperaba realizar.
Messi no pudo ser la figura que todos esperaban, pero tampoco fue el desastre que muchos demagogos opinan hoy, con el resultado puesto. No dio todo lo que se esperaba del próximo Balón de Oro, el mejor jugador del mundo. Es el mejor y se espera que le sume un plus a la Selección. Pero si juega solo, porque el resto del equipo no lo acompaña con ímpetu, es obvia consecuencia que no va a poder desequilibrar de la misma forma que lo hace en el Barcelona, donde sus pares tienen claro como seguirle el paso. Es cierto que, en algunas acciones, abusó de la individualidad, pero fue el único que movió al ataque, moviéndose para un lado, para el otro, retrocediendo, buscando.
Lionel no es armador, no es constructor, no es el que guía de juego; para eso, en el Barça, están Xavi e Iniesta. Messi no tiene que potenciar, tiene que ser potenciado por la estructura del equipo, no tiene que bajar a buscar la pelota y arrastrar rivales desde mitad de cancha. Tiene que estar cerca del área y esperar que sus compañeros combinen con él. ¿Acaso en el Barcelona lo ven todo el tiempo en contacto con la pelota? No, porque el equipo se reparte la responsabilidad y no lo ubican a él en la posición de ser el único héroe.
Esto opinaron algunos medios sobre su actuación: “Messi, al cabo, terminó elaborando una correcta actuación, pero la sensación fue que el resto no le siguió el ritmo”, opinó el diario Clarín. En tanto, Olé comentó: “Pese a que muchas veces debió largarla antes, Lio la pidió siempre, se mostró, trató de ser el guía para empujar el equipo adelante, para lograr el milagro. De hecho, los mejores momentos del equipo lo tuvieron a él como uno de los protagonistas”.
Argentina perdió un encuentro clave, pero mantiene aún las chances de clasificar a la Copa del Mundo, gracias a resultados adversos de sus más cercanos perseguidores. Sin embargo, ahora todos están muy cerca de la cuarta plaza que ocupa la Selección de Maradona y un tropezón frente a Paraguay, el miércoles, puede complicar seriamente la clasificación a Sudáfrica.